La aparición de un nuevo caso de neumonía lipoidea asociado al uso del cigarrillo electrónico, que fue dado a conocer el miércoles en La Coruña, ha reabierto una polémica nunca cerrada por el uso de estos dispositivos. Si bien para parte de la comunidad científica este caso, el segundo a nivel internacional documentado, viene a corroborar los riesgos que tienen los conocidos como los e-cigarrillos, para la industria y algunos usuarios el que desde el 2003, cuando se comenzaron a comercializar, se hayan registrado dos casos no supone un hecho que se pueda simplificar como ejemplo de causa-efecto.
Julia Tábara, médica adjunta y responsable de la Unidad de Tabaquismo del Servicio de Neumoloxía del Chuac, se mostró tajante al explicar el caso del paciente ingresado en A Coruña diciendo que su neumonía había sido «producida por aspirar una sustancia necesaria para poder volatilizar las sustancias contenidas en los cartuchos de los cigarrillos electrónicos».
El director de investigación en tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Carlos Jiménez, atribuyó ayer este caso al uso de la glicerina e indicó que «cuanto se empiece a potenciar más el uso de este tipo de dispositivos se verán casos con mayor frecuencia». Además, matizó que podría llegar a ser una enfermedad mortal, teniendo en cuenta que actúa en pacientes, los fumadores, que normalmente ya tienen asociada otro tipo de patología pulmonar por el uso de tabaco convencional. Por parte del Comité Nacional de Prevención al Tabaquismo, su portavoz, Francisco Camarelles, da credibilidad al diagnóstico coruñés y reconoció que existen «dudas sobre la seguridad del vapor del cigarrillo electrónico». «Lo que pedimos es precaución y cautela, o es que tenemos que esperar 30 años para saber cuáles son las consecuencias de inhalar estas sustancias», se pregunta a la hora de valorar el papel de las autoridades.
Fuentes de la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico, aunque expresaron su solidaridad con el paciente coruñés, consideraron que hay que contextualizar este caso, que califican de «puntual». Las fuentes de la patronal aseguraron que su labor es regular el sector y que ellos se amparan en el marco legal existente. Mientras, Pedro Cátedra, presidente de la Asociación Nacional Española de Vapeadores y director general de Puff Cigarrette, vincula parte de la polémica con los intereses por parte de otras industrias y es contundente al señalar que «el cigarro electrónico es más sano que el tradicional».
El debate se complica al esgrimir ambos bandos supuestos estudios que avalan sus tesis.
Me imagino que asocian que el vapor ingresado a los pulmones genera cierta concentración de liquido que a la larga genera problemas, la verdad es que los vaporizadores no deben de usarse como un cigarro normal, solo se tiene que mantenerlo en la boca y sacarlo, no siempre sera así, pero es solo cuestión de tiempo para agarrar el abito.... Yo tengo uno y me cuesta trabajo hacerlo por que soy un fumador.
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