lunes, 28 de abril de 2014
Le sacan los ojos en los separos; policías no hicieron nada, ahora se esconden
Autoridades eluden recomendación de la CEDH de Jalisco
Para Héctor Jonathan Franco Martínez, el 23 de diciembre pasado será una fecha inolvidable. Aquel día fue detenido por la policía y trasladado a las celdas municipales, donde José Francisco Aguilar Hernández le extirpó los ojos con las manos y un arma punzocortante. Pese a los gritos, los uniformados no intervinieron.
El lunes pasado regresó al puerto, después de convalecer cuatro meses en la Clínica de Occidente, en Guadalajara. Sus amigos lo recibieron y le ofrecieron una carne asada, pero sin la vista ya nada es igual, dice el joven gay, de 25 años, en su casa de la colonia El Coapinole.
“Apenas el lunes me dijeron la verdad, que no tengo los ojos. He sido fuerte. Solamente quiero que se haga justicia, porque es un cambio total, un giro total, porque yo era muy activo. Me gustaba trabajar, ayudar a mi mamá y estar con la familia de Lupe (Guadalupe Castillón, su pareja sentimental).
Todo eso que hoy ya no puedo, estoy inválido. Nada más estoy escuchando. Me da coraje no haberme podido defender, dice. Sus planes, agrega, eran ser estable en el trabajo y echarle ganas, ayudar a mi mamá, pero no se pudo. Desgraciadamente me pasó lo que me pasó y tengo que aprender a vivir así.
Relata que el día de su detención se encontraban en una fiesta y después “me fui a cenar y me dio un aventón la hermana de Lupe hasta los tacos; de los tacos ya empecé a caminar y recuerdo que me puse a orinar y me detuvieron los policías y me llevaron a los separos de Las Juntas (donde se ubica la comandancia).
Ahí me quitaron mi celular, mi cartera, nada más me regresaron mis credenciales. La versión oficial fue que lo detuvieron por intento de asalto a un taxista.
Dice que solamente recuerda que al ingresar a la celda estaba otra persona tirada, como acostada. Solamente alcancé a ver que se levantó un poquito la cobija para verme y yo me tapé de pies a cabeza y ya no recuerdo el momento en que me agredieron. Lo demás es cuando desperté en el hospital.
Su madre, Maricela Martínez, se queja de que no se les ha apoyado plenamente, a tal grado que hoy ni siquiera les contesta el procurador social Juan Hernández Jiménez, hombre en el que el alcalde Ramón Demetrio Guerrero delegó parte de los acuerdos con la familia relacionados con la indemnización. El apoyo solo ha quedado en el discurso, dijo.
El 11 de abril la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) emitió una recomendación al alcalde para que repare el daño e instaure un procedimiento administrativo contra el comisario de la policía preventiva, Rogelio Hernández de la Mata. La dependencia destaca también que el ataque tuvo motivos homofóbicos.
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Pinche gobierno vale verga!!!!
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