El Producto Interno Bruto (PIB) de México aumentó un 1.8 por ciento en el primer trimestre de 2014 respecto al mismo período del año anterior, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), previo a que la Secretaría de Hacienda dé a conocer si ajustará su propia perspectiva de crecimiento para todo el año.
De acuerdo con cifras desestacionalizadas (sin factores coyunturales por temporada), el PIB aumentó sólo un 0.28 % en comparación con el trimestre inmediato anterior.
INEGI informó esta mañana que el crecimiento del PIB fue impulsado por incrementos en el sector primario (4.9 por ciento), el terciario (1.8 por ciento) y el secundario (1.6 por ciento) respecto al primer trimestre de 2013. Es a partir del dato trimestral que la Secretaría de Hacienda anunciará hoy mismo si ajusta o no su pronóstico de crecimiento para el cierre de 2014, que es de 3.9 por ciento.
El sector primario fue impulsado de enero a marzo pasado fundamentalmente por la agricultura, en particular por una mayor producción de cultivos como maíz y sorgo en grano, alfalfa verde, frijol, aguacate, naranja y papa. En el sector terciario destacaron los avances en información en medios masivos (3.1 por ciento), servicios educativos (2.7 por ciento) y financieros (2.2 por ciento) y el comercio (2.1 por ciento).
El Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, es objeto de fuertes críticas debido a que la economía está estancada y sus previsiones, alegres a principios del primero y segundo años de Enrique Peña Nieto, se han debido corregir. Hoy mismo, The Economist, una influyente revista británica especializada en economía y finanzas, lanzó una crítica a las proyecciones realizadas por el gobierno.
No es la única. Los analistas acusan a Videgaray y a su equipo de asustar a los inversionistas con pronósticos alegres que luego se desploman.
“En lo que va del año, el gobierno de México se ha parecido a uno de los muchos devotos de San Judas, santo patrón de las causas perdidas del país. Se ha mantenido obstinadamente en un 3.9 por ciento como previsión de crecimiento para 2014, a pesar de que su principal mercado de exportación, los Estados Unidos, ha ido lento, y a los dos pilares de su economía –comprar y construir– les ha ido aún peor”, dice The Economist hoy viernes.
El 21 de mayo, el Banco de México revisó su previsión de crecimiento a 2.3-3.3 por ciento [rango], sobre el 3-4 por ciento anterior. “Se espera que el gobierno por fin haga lo mismo este 23 de mayo, cuando las cifras del PIB del primer trimestre sean liberadas. Aun así, los funcionarios están convencidos de que en cuestión de meses los beneficios de sus planes para modernizar la economía comenzará a aparecer en los números”, agrega.
“Los mexicanos tienen una buena razón para ser escépticos. En el primer año del Presidente Enrique Peña Nieto, cuando lanzó una impresionante ola de reformas constitucionales, la economía creció un magro 1.1 por ciento. Su gobierno anunció un nuevo impulso para el crecimiento de este año con más gasto deficitario. Efectivamente, el gasto público aumentó un 13.2 por ciento en el primer trimestre, comparado con el mismo periodo de 2013. Pero ha ha habido una caída en la construcción, incluidos los proyectos de infraestructura grandiosas que supuestamente se detonarían con dinero público. Incluso los funcionarios del gobierno parecen desconcertados por el tiempo que está tomando en registrarse el gasto”.
En las tiendas, las noticias son aún peores, agrega The Economist. “La ANTAD, organización que representa a los supermercados y tiendas de conveniencia, dice que en los primeros cuatro meses de 2014 las ventas totales cayeron por primera vez en 30 años. La manufactura era más brillante. Las exportaciones no petroleras aumentaron un 5.2 % en los tres primeros meses, principalmente a Estados Unidos. Pero al norte, la recuperación no es aún lo suficientemente robusta como para confiar”.
Contra toda lógica, dice la prestigiada revista, las reformas de Peña Nieto parecen pesar sobre el crecimiento a corto plazo, incluso si prometen beneficios eventuales. “Tomen los impuestos. La reforma fiscal ha elevado el impuesto sobre la renta, que afecta a las personas acomodadas. La política también ha herido de manera desproporcionada a los pobres a través de un gravamen contra la obesidad sobre los refrescos y aperitivos. Jonathan Heath, economista, lo expresa así: ‘El gobierno está gastando más, pero tomó ese dinero de los hogares’”.
La inversión es otro ejemplo, sostiene. “Muchas empresas han puesto sus planes de expansión en espera hasta ver cómo la legislación secundaria que detalla los cambios constitucionales del gobierno se aterrizan en el Congreso. Esto es particularmente cierto en la energía y las telecomunicaciones, las dos industrias más importantes que se ha revisado”.
The Economist cita a Ernesto Revilla, economista jefe de la Secretaría de Hacienda, quien dice que los brotes verdes están surgiendo y que incluso los pronosticadores más pesimistas predicen un repunte en el segundo semestre del año. Para poner buena cara a las cosas, él compara este proceso de reformas en México a una casa en remodelación . Al principio no hay emoción. Luego está la ira y la frustración, ya que toma mucho tiempo. Esa es la fase de México ahora. “Pero” , dice Revilla, “cuando se concluya la casa, todo el mundo será más feliz”.
Fuente
viernes, 23 de mayo de 2014
INEGI: El PIB de México aumentó 0.28% en términos reales; The Economist: 'es un desastre'
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