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miércoles, 19 de febrero de 2014




Investigadores británicos aseguran que, pese a lo que se creía hasta ahora, muchos mamíferos tienen la capacidad de ver cosas invisibles a los ojos humanos, lo que podría explicar parte de su comportamiento

La capacidad de ver en ultravioleta está muy extendida entre animales como aves, peces y reptiles, pero es considerada rara entre los mamíferos y, por supuesto, una capacidad de superhéroe de ficción para los seres humanos. Hasta ahora, se creía que en este último grupo solo ratones, ratas, murciélagos, algunos marsupiales y, curiosamente, también los renos, podían ver las radiaciones de más alta frecuencia por encima del violeta en el espectro visible.

Sin embargo, investigadores británicos sugieren en un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, que perros, gatos, erizos, hurones y okapis también poseen esta supervisión. Según los científicos, esto podría explicar algunos comportamientos extraños de nuestras mascotas. Simplemente, están viendo algo que nosotros no vemos.

La luz está hecha de un espectro de colores. La luz visible, la que vemos los humanos, va del rojo al violeta. Por debajo de ese espectro se encuentran las ondas ultravioletas, que nosotros no podemos ver. En el estudio, los investigadores examinaron los ojos de un buen número de mamíferos muertos donados por zoológicos, veterinarios, mataderos o laboratorios científicos, y midieron cuánta luz llegaba a la retina del animal. Los investigadores descubrieron que muchos animales, incluidos perros, gatos, erizos, hurones y okapis, tenían ojos preparados para esta sensibilidad, lo que implica que pueden ver en ultravioleta.

Una habilidad útil

«Hay muchos ejemplos de cosas que los animales sensibles a los rayos ultravioletas podrían ver que los seres humanos no pueden, como patrones en las flores que indican dónde está el néctar, rastros de orina que llevan a la presa... Y los renos podrían distinguir a los blancos osos polares en la nieve», explica uno de los autores de la investigación, Ronald Douglas, de la City University de Londres, a Discovery News.

De esta forma, un gato o un perro podrían detectar a un animal de pelaje blanco, como un conejo, saltando a través de una ventisca de nieve, mientras que nosotros solo veríamos una imagen borrosa en blanco. Esto podría explicar algunos de los comportamientos extraños de nuestras mascotas. Quizás han visto algo que a nosotros nos pasa desapercibido.

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