42 Científico de IBM afirma haber demostrado que las plantas sienten y piensan ~ Anon Público

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viernes, 30 de mayo de 2014

Científico de IBM afirma haber demostrado que las plantas sienten y piensan


El científico Marcel Vogel hizo el sorprendente descubrimiento de que las plantas no sólo pueden leer la mente de las personas, sino que pueden hacerlo a través de grandes distancias, y la importancia que la persona le brinda a la planta influye en su habilidad para percibir los pensamientos.



Vogel fue durante 27 años el científico principal en IBM, tiempo durante el cual patentó más de 100 inventos. Como parte de su carrera, se interesó en una aplicación más orgánica de su conocimiento científico.

Leyó los experimentos de Cleve Backster, cuya investigación consiguió que la gente hablara con sus plantas de interior en la década de 1970.

Backster trabajaba para la CIA como especialista en el detector de mentiras. Desarrolló las técnicas poligráficas que todavía hoy en día se mantienen en uso a través de las agencias militares y gubernamentales estadounidenses. Utilizando detectores de mentiras descubrió que las plantas responden a las acciones humanas y pensamientos con señales apropiadas de felicidad o el miedo. Sus experimentos se describen en mayor detalle en la primera parte de este artículo.

Cuando Vogel leyó la obra de Backster, pensó que el experimento no era correcto, que no podía ser cierto. Él lo probó. Su socio, el ex investigador Dan Willis, explicó los experimentos de Vogel en su página web MarcelVogel.org.

Vogel forma un vínculo entre las plantas y un puente de Wheatstone, que es un circuito que puede probar corrientes eléctricas. Cuando Vogel calmó su mente y respiró lentamente, las plantas no mostraron ninguna reacción. Cuando pulsó la respiración por la nariz y mantuvo un pensamiento en su mente, las plantas respondieron dramáticamente.

Por otra parte, dijo Willis: "La capacidad de respuesta de las plantas al pensamiento también era el mismo a 20 centímetros de distancia, 2 metros o 12.000 kilómetros, demostrando desde Praga, Checoslovaquia, a su laboratorio en San José, donde fue capaz de afectar a la planta conectada a la grabadora".

Cuando se experimentó con dos plantas para ver qué reacción habría cuando una perciba que la otra estaba siendo herida (corte, quemadura o rotura), Vogel notó que la reacción de la planta podría variar de acuerdo a la cantidad de atención que prestaba a esa planta. Se dio cuenta de que los pensamientos del científico pueden afectar a este tipo de experimento.

Willis escribió: "Esta es una de las razones por las que ciertas investigaciones científicas en el área de las energías sutiles no se pueden replicar fácilmente. No siempre es una cuestión de protocolo científico, sino una cuestión de relación".

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